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El repunte de las exportaciones en minerales genera nuevas condiciones para la inversión, basados en el trabajo realizado en la atracción de capitales extranjeras para el sector, permitiendo nuevos recursos que refrescarán los procesos extractivos de minerales.
El Viceministro de Política Minera, Regulación y Fiscalización, Gualberto Hochkofler, informó sobre los avances que la minería ha tenido durante este año y los objetivos de su gestión que beneficiarán aún más al sector.
Uno de ellos es la formulación de políticas y normas que permitan el control estratégico de los recursos mineralógicos y la implementación de reglamentos para el desarrollo minero metalúrgico y su exportación, con una fiscalización y regulación del sector.
Hochkofler destacó la participación del viceministerio que representa en la elaboración de la propuesta de refundación de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), y también en la de la Norma para la Implementación del Fondo de Apoyo para la Reactivación de la Minería Chica (FAREMIN).
Por otra parte, mencionó una propuesta para la creación de una Dirección de Minería Chica, que tendrá la función de inspeccionar las actividades mineras para constatar si cumplen con su función económica y social. Además, determinará que la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) debe revertir 669 áreas mineras por un total de 317.106 hectáreas, de las cuales el 50% se encuentran en Potosí, el 22% en La Paz, el 13% en Oruro, el 6% en Santa Cruz, el 5% en Cochabamba y el 4% en Chuquisaca.
Al respecto, Hochkofler resaltó la elaboración de dos compendios: un Plan de Promoción e Incentivos para atraer inversiones en el sector minero como uno de los pilares, y una propuesta preliminar de Promoción de Inversiones e Incentivos, así como el análisis técnico de viabilidad.
“El potencial que tiene nuestro país requiere de inversión privada, tanto nacional como extranjera. Para ello es el plan de promoción de inversiones y de incentivos que se busca proponer”, dijo Hochkofler.
Las exportaciones del país permiten dar mayores razones para la implementación de una exploración seria con capitales extranjeros. La logística del transporte de los minerales a puertos necesita mayores armas para ser más competitivos y por tanto mejores profesionales, especializados en los ciclos de crecimiento, estabilidad y caída de los precios. Con estos conocimientos se podrá afrontar de manera óptima la producción, apuntando a poder influir en el precio internacional.
Otro punto muy importante es dar mayor valor a los minerales, lo cual implica trabajar más en la creación y fomento de empresas privadas que procesen para poder tener mayor competitividad con productos terminados y no simplemente vender materia prima, y en muchos casos bruta.
Es necesario desarrollar la producción de grafeno, baritina o tantalio, como nuevos minerales en el país, sin afectar las recaudaciones tributarias del sector, sino generar alternativas que permitan atraer capitales e incluso a la Corporación Minera de Bolivia como socio de inversiones.
El viceministro también explicó que la producción de minerales en el país registró un crecimiento del 9% en el primer trimestre del año, en comparación a un periodo similar en 2016, y una mejora de cotizaciones en un 20% que responde a la recuperación de las economías de Estados Unidos, China e India.
Se espera continuar con el mismo dinamismo en los próximos meses, impulsado por la mejora de los precios del estaño, la plata, el oro, el zinc y el plomo. “De una tendencia a la estabilización, estamos pasando a un proceso de alza. Si no existe ningún evento extraordinario de especulación o algún otro factor en el mercado, esta tendencia se va a mantener este año y el próximo”, aseveró Hochkofler.
El buen desempeño de la minería nacional deriva en la generación de empleo, mayores recaudaciones estatales y reinyección de recursos en la población a través de bonos y rentas sociales, son las empresas estatales las que aportan estos beneficios.
El desarrollo de la última exploración y labores de prospección que se realizaron en el país, estuvieron focalizadas en la cordillera andina, el altiplano y el Escudo Precámbico. En ese entonces, aproximadamente un centenar de proyectos fueron certificados, de los cuales 18 están vigentes y se ubican entre los más significativos.
Solo seis minas de zinc, oro y plata están funcionando con normalidad y permitieron al país estar en el mapa de la minería a nivel global. Del resto, cuatro confrontan problemas sociales con las comunidades aledañas (Amayapampa, Achachuncani, Lipichi y Rosario de Araca), lo que retrasa la puesta en marcha de las operaciones.
Otros de menor extensión, pero con buen potencial prospectivo, son Mallku Khota, Cerro Eskapa, San Pablo y Orkho Piña. Mallku Khota es la reserva no explotada más grande del mundo de plata, indio y galio, minerales cotizados en el mundo por su aplicación en la tecnología de celulares, televisores LED, paneles solares, semiconductores y equipos de telecomunicación móviles.
Se estiman reservas de 230 millones de onzas de plata, 1.481 toneladas de indio y 1.082 toneladas de galio. El proyecto era trabajado por la canadiense South American Silver Corp, actualmente TriMetals Mining, hasta que en 2012 fue nacionalizado por COMIBOL.
La importancia de la explotación en el Precámbrico (localizada en los llanos bolivianos) es muy notorio pues contempla muchos proyectos y constituye un espacio metalífero con 100 prospectos de oro, platino, níquel, tantalio, hierro y otros minerales considerados menores.
Hasta hoy se conocen tres grandes yacimientos que fueron descubiertos en ese lugar: el de níquel del complejo ultramáfico y félsico de Rincón de Tigre, con una estimación de 5.5 millones de toneladas; el depósito de fosfatos uraníferos del cerro Manomó, el complejo carbonático más grande y donde se han detectado rocas con fuerte radioactividad, y los de estaño en las playas de los arroyos y ríos de Ascensión de Guarayos, que pueden homologarse con los de Rondonia (Brasil).
Otro proyecto deseado desde hace varios años es el mutún, con 40 mil millones de toneladas de hierro y diez mil millones de toneladas de manganeso.
Por todo lo expuesto, la extracción es el grueso de la minería desarrollada en el país. Entre las opciones se tiene la Empresa Metalúrgica Vinto, que aumentó su producción gracias a la implementación de un nuevo horno que sirve no sólo para el refinamiento de estaño, sino también para el reciclamiento de chatarra aplicada al mantenimiento y la fabricación de repuestos. El crisol Ausmelt, de tecnología australiana y fabricado en Bolivia por la empresa Carlos Caballero, permite que el complejo incremente su producción de 12.000 toneladas anuales de estaño a 18.000.
Vinto es la planta más grande que produce estaño con valor agregado, según su capacidad de producción es la quinta del mundo y se espera que procese el 100% del estaño extraído en el país.
De acuerdo a los datos en el Anuario Estadístico del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), los minerales bolivianos llegan a 46 destinos diferentes en cuatro continentes, habiendo disminuido la venta en seis países que en la última gestión no compraron la materia prima (Francia, Singapur, Vietnam, Panamá, Guatemala y Estonia,). Los que más se comercializan son zinc, plata, estaño, plomo y oro.
Tres lideran las adquisiciones: Estados Unidos, Japón y Corea del Sur, concentrando el 54% de la transacción de minerales bolivianos. China se coloca en el cuarto lugar, pero por datos preliminares que se manejan en el sector de minería, podría incrementar sus compras y superar los 292 mil millones de dólares.
En nuestro continente, los principales compradores son Estados Unidos, Canadá y Perú. En Europa son Inglaterra, Bélgica, España, Suiza y Holanda. Entre los asiáticos sobresalen las compras de Japón, Corea del Sur y China.
Hay otros mercados abiertos como Oceanía, en función a la importancia del mercado de Australia, lo cual puede favorecer a Bolivia en la medida en que significa una oportunidad actual.
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